En
estos días en que sólo se oye hablar de fracaso,
aunque en diferentes grados, tras las derrotas de Madrid y Barça en la Champions, creo que es bueno hacer una
pausa y reflexionar sobre la posibilidad de equivocarse.
No
sé vosotros, pero yo me he cruzado en mi vida con personas de perfiles muy diferentes, desde aquellos
que querían acaparar todo tipo de atenciones y consideraban que nunca se equivocaban, hasta otras humildes, que nada querían saber de ser
el foco de interés y asumían que todos nos equivocamos. Nunca he entendido a los primeros.
Esta
mañana he ojeado La Vanguardia digital
y he leído en diagonal una entrevista a Albert
Bosch, empresario y deportista, con un titular destacado: "Las derrotas son bienvenidas, siempre
y cuando hayas luchado". Quizás eso sea lo que algunos le echemos en
cara al Barça en su partido contra
el Bayern, cuya actitud fue muy diferente a la del Madrid, que nunca bajó los brazos.
La
vida nos pone a prueba cada día, y más vale asumir más pronto que tarde que nos
equivocaremos centenares de veces, y que la manera de aprender pasa por caer y levantarse, en una lucha constante contra uno mismo.
Lo
mismo sucede en la cada vez más precaria
faceta laboral, con más de 6 millones de parados y sin perspectivas de que
vaya a cambiar pronto.
Poner
la radio hoy da pena, sobre todo si escuchas en RAC1 los casos de la gente que
llama por los problemas con la ley de la
dependencia, a los que se suman en muchos casos la falta de recursos por no
tener trabajo.
Pero
no queda otra que poner al mal tiempo
buena cara, y encarar con optimismo
y con el apoyo de los demás el día que sólo acaba de empezar.
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