jueves, 18 de abril de 2013

Esclavos del móvil. ¿Lo apagamos un rato?


El 3 de abril de 1973 se produjo un hecho histórico, que ha cambiado nuestras vidas. Martin Cooper, de Motorola, llamó a su rival en la carrera por conseguir hacer realidad el teléfono móvil, Joel Engel de los Bell Labs de AT&T, para hacerle saber que ya habían dado con la tecla y el móvil era una realidad.


Aunque no se comenzó a comercializar hasta una década después.

AT&T fue precisamente la primera compañía en diseñar un dispositivo inalámbrico, que se instalaba en el coche, en 1946, y no dejaba de ser una especie de walki-talkie.

El móvil se ha ido popularizando hasta el punto de que algunos disponen de dos teléfonos, el personal y el de empresa, aunque no siempre sea por voluntad propia.

En cualquier caso, no deja de ser curiosa la dependencia que hemos creado de estos aparatos, que nacieron para facilitar la comunicación pero ahora parece que muchas veces ayudan a crear el efecto contrario. ¿Quién no ha dejado de prestar atención a alguien o se ha distraído por el móvil?

El móvil nos sirve para todo: despertador, calculadora, lista de la compra, música, juegos, internet…además de para llamar a alguien, la que era su principal función hasta no hace tanto. Casi se puede decir que ‘controla’ nuestras vidas.

Alguna vez me ha pasado que me he dejado el móvil y he tenido que volver a buscarlo porque no puedo pasar sin él. Aunque por suerte estoy empezando a madurar y a veces lo dejo en silencio o incluso lo he dejado voluntariamente en casa si salgo a dar una vuelta.

Os propongo que cuando lleguéis a casa dejéis el móvil a un lado. Seguro que no hay nada más importante ni urgente que prestar atención a los que están a tu lado. ¿Nos tomamos un café?





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